Ataviados con botas de agua y guantes comenzamos a limpiar de malas hierbas el huerto de arriba para poder sembrar lechugas y trasplantar los ajos de nuestras macetas cuando estén más creciditos.
Nos encanta el trabajo en equipo. Llevamos en los cubos la materia orgánica a las composteras en el huerto y arrancamos en equipo por grupos cada uno de los surcos. Algunos no quieren ni irse a las pistas porque se lo pasan genial.
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